dimarts, 9 de juliol del 2013

No descuidar la vitamina E

Es una de las mejores aliadas antioxidantes para frenar el ataque de los radicales libres.

Las vitaminas son un conjunto de sustancias que tienen varias cosas en común: son de pequeño tamaño, tienen naturaleza orgánica, se precisan en pequeñas cantidades, intervienen en procesos fundamentales para la salud y es preciso ingerirlas porque el organismo no puede elaborarlas.

el interés que ha despertado la vitamina E guarda relación con su función antioxidante, es decir, como agente protector frente a los radicales libres. Si en condiciones normales estos causan poco daño oxidativo se debe a que el organismo se defiende por medio de una serie de mecanismos y sustancias antioxidantes. Uno de los protagonistas importantes en el sistema de defensa es la vitamina E. 




Una garantía de salud
Por su acción antioxidante la vitamina E previene la ateroesclerosis y es por ello un gran aliado de la salud cardiovascular. Por otro lado, figura entre los elementos protectores frente a determinados tipos de cáncer, como los de estómago y esófago. Distintos estudios han demostrado también el efecto protector de las vitaminas C, E y betacaroteno contra el daño producido por las radiaciones ultravioleta. Entre otros nutrientes, la vitamina E podría retrasar la aparición de cataratas, al tiempo que se apunta su posible papel protector frente al daño ocasionado por los radicales libres producidos en la práctica de ejercicio físico enérgico.
Reducir en lo posible las circunstancias y sustancias que favorecen la formación de radicales libres y tomar cada día las cantidades de vitamina E recomendadas puede considerarse, hoy por hoy, como una de las apuestas más firmes que podemos hacer por nuestra salud.

Los alimentos más ricos
Casi todos los aportes diarios de vitamina E proceden de los aceites vegetales crudos, los frutos secos, las hortalizas y los cereales, en particular si estos son integrales, ya que la vitamina se encuentra en el germen. Una dieta de tendencia vegetariana es la mejor opción para evitar cualquier deficiencia de esta vitamina. Destaca el aceite de germen de trigo: una cucharada cubre las necesidades diarias de un adulto. Unos 30g de avellanas o almendras cubren respectivamente el 67% y 63% de las necesidades diarias.





Bibliografía: 100 maneras de sentirse mejor, RBA

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