dijous, 1 de maig del 2014

Contracturas Musculares


¿QUÉ ES UNA CONTRACTURA?
Una contractura no es más que una contracción exagerada de las fibras que forman el músculo, de manera continuada.
En ocasiones se puede palpar a través de la piel como si fuera un bulto o zona endurecida que produce dolor local y altera el funcionamiento normal del músculo. A veces el dolor se puede irradiar hacia otra zona, producir dolores de cabeza, mareos, hormigueos o sensación de adormecimiento en extremidades.



¿PORQUÉ APARECEN?
La contractura muscular puede aparecer por varios motivos.
Al exigirle un esfuerzo superior al que es capaz de soportar, ya sea en un momento puntual o por esfuerzos repetitivos, generamos en el músculo una fatiga.

Cuando el músculo está debilitado y no tiene la fuerza necesaria para realizar la actividad que vayamos a realizar.
A consecuencia del sedentarismo, los músculos no están en las mejores condiciones por lo que son más susceptibles de sufrir contracturas ante un pequeño esfuerzo.

También por posturas repetitivas y forzadas; por ejemplo, sujetar el teléfono con la oreja y el hombro, estudiar con la cabeza muy agachada…

Por estiramiento brusco de un grupo muscular: el músculo como defensa se contrae.

El frío puede provocar una contracción defensiva que mantenida en el tiempo puede producir una contractura.
Mala alimentación, que a la larga puede producir un cúmulo de toxinas y un mal funcionamiento de ciertos órganos como hígado y riñón.

Ciertas emociones como el estrés o la ansiedad liberan una serie de elementos químicos que llevan al músculo a un estado de contracción mantenida.

¿CÓMO SE FORMAN LAS CONTRACTURAS?

Cuando realizamos un esfuerzo físico, una serie de desechos metabólicos se van acumulando dentro de la fibra muscular, lo que hace que la sangre no llegue de manera adecuada. Al no haber una irrigación suficiente, los desechos tóxicos de las fibras musculares no son capaces de eliminarse y por lo tanto cada vez es mayor el cúmulo de toxinas. Esta acumulación irrita las terminaciones nerviosas provocándonos dolor y como consecuencia aumentará el tono muscular.

Este tono aumentado de modo constante es lo que llamamos contractura. El tono muscular aumentado, hará que nuestro músculo esté más duro, más tenso y por lo tanto la capacidad de movimiento de este músculo será menor.


¿CÓMO EVITO LAS CONTRACTURAS?
Una vez comprendidas las causas por las que están formadas las contracturas será más fácil evitarlas.
Para evitar la aparición de contracturas lo mejor es la prevención:

  • Realizar un calentamiento adecuado para preparar al músculo antes de un esfuerzo.
  • Ir aumentando progresivamente la intensidad y cargas.
  • Estiramientos para mejorar la flexibilidad muscular y facilitar la recuperación del músculo tras la actividad.
  • Evitar posturas mantenidas en el tiempo. Acostumbra a cambiar de posturas y hacer estiramientos ligeros a lo largo de la jornada.

 
YA TENGO LA CONTRACTURA ¿QUÉ HAGO?
Cuando ya tenemos la contractura muscular no nos queda más remedio que tratarla.

No es conveniente tratar una contractura por nuestra cuenta con masajes inapropiados o fármacos aconsejados por algún conocido, lo mejor es ir un profesional especialista para que vea de qué tipo de contractura se trata.

Acude a un profesional especialmente si:

  • La contractura impide el movimiento
  • Además de dolor sientes pinchazos o sensación de descarga eléctrica, hormigueos, o adormecimiento de una extremidad.
  • No cede el dolor en más de una semana.

¿QUÉ HARÁN EL ESPECIALISTA?
El médico podrá recetar miorelajantes y antiinflamatorios con el objetivo de relajar la musculatura reduciendo la contracción, pero ten en cuenta que estos fármacos no tratarán la contractura. Suelen prescribirse en casos en los que el dolor es muy fuerte.

Las contracturas musculares son la principal causa de consulta. El profesional dispone de una serie de herramientas para resolverlas. La duración del tratamiento varía en función de la gravedad de la contractura.

Calor: ya sea una manta eléctrica, un saquito de semillas o el chorro de la ducha caliente, conseguimos un efecto analgésico y relajante.



Masajes: Con el masaje provocamos que llegue más cantidad de sangre hacia el lugar de la contractura, favoreciendo la recuperación del tejido y eliminando metabolitos. Como consecuencia, se consigue una relajación del músculo y por lo tanto una disminución del dolor. Cada profesional empleará sus conocimientos para eliminar la contractura dependiendo de la persona y el estado de la lesión: estiramientos, vendaje neuromuscular, normalización miofascial, osteopatía...






Alicia Solis, especialista en tecnicas orientales para el dolor


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